El viaje del héroe
Así se llama la estructura dramatúrgica que posiblemente haya sido más utilizada en la historia del cine y la literatura. Su origen está en la antigua Grecia y sigue plenamente vigente en nuestros días tras diferentes adaptaciones y modificaciones en el transcurso de la Historia. De manera muy sintética y resumida el viaje del héroe parte de la premisa de un protagonista que vive en su mundo cotidiano y recibe una llamada a la acción o aventura con un objetivo principal. En dicha aventura y tras pasar por diferentes episodios u obstáculos irá madurando y aprendiendo no sólo sobre el mundo sino principalmente sobre sí mismo y ese camino será el que le lleve a la consecución de su meta y a regresar a su mundo original convertido en otra persona diferente, mejor.
El arco de transformación
El proceso que atraviesa el protagonista y va moldeando su carácter, acciones y opiniones es el arco de transformación del personaje, es decir, cómo era al inicio de la aventura y cómo es al final de la misma. Habitualmente, a través de diversas situaciones y rodeado de personajes con diferentes roles, el protagonista va superando obstáculos, tanto externos, como internos, que dificultan la consecución de su objetivo, ya sea resolver un crimen, encontrar o desprenderse del amor, ser feliz o salvar el mundo. Para ello, el primer paso es tomar la decisión de salir de aquellos aspectos aspectos de su vida a los que está acostumbrado, a su rutina, se sienta cómodo o no, le guste o no. En la tradición de la narrativa clásica la aventura comienza siempre después de un alejamiento, de una salida.
Los viajes como viajes del héroe
En nuestros días el hecho de viajar, especialmente si es por poco tiempo, muchas veces no supone un cambio vital o un aprendizaje trascendente que afecte al resto la vida, la mayoría de veces ni siquiera se busca. Sin embargo, viajar siempre lleva implícito el alejamiento de la rutina y sólo eso ya da pie a la posibilidad de que lo inesperado suceda. A veces los viajes más sencillos, a un destino cercano y que duran pocos días se convierten en viajes del héroe. A veces los viajes del héroe duran años, a veces hora y media. Los viajes del héroe en la narrativa siempre son metáforas de un proceso vital. Por eso viajar es tan enriquecedor, aunque sea sólo por placer o para alejarse unos días de la vida diaria, salir ya implica buscar algo más.
No todos los sitios son iguales
Por último, quería dejaros un pequeño adelanto de cómo van a ser nuestros viajes. Todos nuestros viajes son sostenibles, huimos de la masificación y la despersonalización, trabajamos con profesionales locales y expertos de la cinematografía de cada país.
Si vamos a París visitaremos la Cinemateque, hablaremos de André Bazin y Cahiers du Cinema y de aquella vez que intentaron desmantelar la Torre Eiffel, si vamos al Amazonas colombiano nos olvidaremos del wifi y hablaremos de la colonización y del impacto de las empresas occidentales a través de El abrazo de la serpiente, si vamos a Tokyo hablaremos de los samuráis, de Mizoguchi, de Kore Eda, de Ghibli y de Lost in Translation, de la soledad cada vez más creciente en una sociedad tan cerrada. Si vamos a Cuba hablaremos del cine de la URSS, de la influencia del comunismo, de los tránsitos en la vida y del ron. Bailaremos su música, comeremos su comida y conoceremos sus cines. Y además de todo eso, hablaremos de lo que surja y lo que se te ocurra durante los preparativos.
«El final feliz del cuento de hadas, del mito y de la divina comedia del alma deben leerse no como una contradicción sino como la y trascendencia de la tragedia universal del hombre.»
El héroe de las mil caras
Autor: Joseph Campbell